Terapias Presenciales

Las sesiones se desarrollan en la consulta y aportan innumerables ventajas

Terapia presencial

Beneficios

Comunicación verbal y no verbal

Un aspecto fundamental de la terapia son los signos y símbolos que inevitablemente aparecen en la comunicación entre el terapeuta y el paciente. Este aspecto es fundamental para alcanzar un nivel profundo de comunicación humana; Si bien es importante escuchar lo que el paciente tiene que decir en su discurso, lo que él o ella expresa a través de otro medio de comunicación, no verbal, es aún más informativo. Es decir, a través de los movimientos, las actitudes, las expresiones gestuales, la fijación de la mirada, la posición en la que se sitúa e incluso el contexto. Gran parte del acto de comunicación tiene que ver con lo no dicho, especialmente la información inconsciente. 

Terapia presencial
Terapia presencial

Claves

A lo largo de la investigación psicológica, se ha enfatizado que no existe un solo tipo de expresión mental. Hay que separar las inscripciones mentales entre la expresión de las cosas y la expresión de las palabras en cualquier experiencia que la persona tiene consigo misma o con los demás. El primero se refiere al grabado de mapas sensoriales y motores en diversas formas; el segundo se refiere a la forma de discurso a través de creencias, ideas, convicciones, etc. Esta clasificación ayuda a distinguir entre lo que se experimenta -sentimientos, planes de acción en relación con los demás y con uno mismo- y lo que se comprende -lo que se relaciona con las palabras y la justificación, explicación o conocimiento que una persona tiene sobre sí misma y los demás-.

Calidez. El hecho de que el terapeuta y el paciente compartan el mismo espacio físico puede aportar más intimidad y calidez al proceso de terapia debido a que no existe ningún elemento necesario para establecer la referida conducta de comunicación (computadora, teléfono, red wifi, etc.) , pero con la simple presencia de dos personas (o más en el caso de terapia de pareja o familiar) se puede iniciar la terapia.

Seguridad. A pesar de la creencia de que no hay lugar más seguro que el propio hogar, este no es el caso terapéutico. En primer lugar, y como ya se ha dicho, porque el hogar puede ser un refugio del desorden en los casos en que el paciente presente sentimientos de vergüenza, depresión, miedo al vacío, miedo a relacionarse con los demás, etc. En segundo lugar, por posibles disturbios en el hogar, como tocar a la puerta mientras estás en una sesión, hacer llamadas telefónicas, otras personas en la casa impidiendo la libertad de expresión, etc. Durante un examen presencial, esto no sucede porque durante la sesión el espacio es totalmente del paciente y no hay lugar para que otros causen molestias. Por otro lado, a un nivel más inconsciente, la seguridad se crea a nivel espiritual y psicológico cuando los pacientes siempre llegan al mismo lugar, a la misma hora, el mismo día de la semana, con los mismos muebles en la oficina, el mismo olor, etc., implica la modificación de ciertos circuitos neuronales a nivel espiritual. El control del terapeuta sobre los aspectos ambientales (música ambiental, luz, temperatura, etc.) contribuye a la percepción de seguridad del paciente.

Calmar. Conocernos físicamente, saber cómo es el otro hará que las interacciones sean más fluidas. Se mencionó anteriormente que la cantidad de información que la comunicación no verbal le brinda al terapeuta, es decir, movimientos, gestos, postura, etc., de igual forma, estar con el profesional brindará mucha información de confianza al paciente.

La importancia del vínculo en la terapia

La relación entre el terapeuta y el paciente es fundamental para que el paciente pueda transmitir sus problemas y para que el terapeuta responda de manera empática.

El vínculo terapéutico se caracteriza por una alianza interpersonal en la que ambos contribuyen y trabajan juntos en diferentes niveles. Es un sistema interactivo en el que se combinan los aspectos intrasubjetivos (las experiencias previas del individuo que se manifiestan en la relación con el otro) y los aspectos intersubjetivos (la interrelación entre las subjetividades de ambos).

Tres aspectos clave influyen en la calidad del vínculo terapéutico y, en última instancia, en el resultado de la terapia: la investidura personal de rol, la coordinación interactiva y el contacto comunicativo. Además, hay que destacar que el afecto mutuo entre terapeuta y paciente correlaciona con un resultado favorable en la terapia.

Los microprocesos presentes en la interacción terapéutica son de gran importancia, resaltando la empatía y las respuestas procedimentales como indicadores de un vínculo seguro y predictores de un buen resultado en la terapia.

Vínculos

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